- Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.
- El silencio es el grito más fuerte.
- No hay nada más necesario que lo superfluo.
- Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mí.
- Quiero hacer el amor contigo, no sólo una vez, sino cientos de veces, pero a ti no te lo diré nunca, sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida.
- Con voluntad se puede hacer todo. Yo soy lo que yo quiero.
- ¡Buenos días, princesa! He soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto, sólo pienso en ti, princesa, pienso siempre en ti.
- Oí de un horno a leña, pero nunca vi un horno a hombre. «¡No me queda leña!, ¡metan a este abogado!, este abogado no se quema bien, ¡necesita secarse! ¡Mira ese humo!» Ay Josué, ¿de qué hablas?, botones, jabones y que nos queman en hornos…
- Los girasoles se inclinan ante el sol, pero si los ves demasiado inclinados, significa que están muertos. Uno sirve, pero no se es un sirviente; servir es el arte supremo, Dios es el primer servidor; Dios sirve al hombre, pero no es sirviente de hombres.
- ¿Todavía no has comprendido que para hacerme feliz hace falta muy poco? Un buen helado de chocolate, quizá dos, un paseo juntos y que pase lo que tenga que pasar.
11.Que tengas dulces sueños. Puede que todo esto sea un sueño, vamos a soñar, Josué.
- Si dices mi nombre, desaparezco: el silencio.
- Eres un buen chico. Duerme y sueña dulces sueños, tal vez los dos estemos soñando. Tal vez todo esto sea un sueño y mañana tu mamá nos despertará con leche y galletas. Después, cuando las comamos, le haré el amor dos o tres veces, si pudiera.
- Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar; dos, los que quieren ver a su mamá; tres, los que tienen hambre y piden la merienda.
- ¡Hemos ganado!